miércoles, 15 de mayo de 2013

Hotel Concorde La Fayette


Hoy me quedé maravillada por la intermitencia de la luz de esa habitación de hotel.
Imaginé los motivos de su apagar y prenderse de forma tan errática
Y mi mente tan freudiana como todas las demás, no pudo evitar imaginar a esa pareja que se ama de la manera más brutal, como si el mundo no existiera, sólo ellos, sólo esta noche

Y voy inventando historias que vienen todos los días desde esas ventanas de hotel que tal vez también me miran

Y ellos no son sólo huéspedes de esta ciudad, de ese hotel, son mis huéspedes también, que prenden y apagan luces en mi memoria, que habitan y deshabitan el decorado de mi ventana

A veces entro al hotel, pretendo también estar de paso, pero me encuentro con el pianista del lobby y no podemos hacer más que reconocernos
Él me mira y me sonríe lleno de arrugas, somos él y yo los anfitriones de esta escena

Yo camino con mi paso apurado que llegó hasta aquí
Pretendo ser elegante y que mis piernas se vean más largas en el mármol abrillantado tantas veces para que el lujo sobreviva a pesar de todas las huellas

Yo camino, salgo del hotel, llego a la casa y en mi ventana están todas sus ventanas otra vez, otra tarde, otra noche, se vuelven a prender las luces, yo apago las mías y vuelvo a los brazos de los amantes que imagino.


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