domingo, 5 de junio de 2011

POEMA PARA UNA TARDE QUITEÑA DE VIERNES


En los últimos pasos que corren para encontrarse,

en las últimas horas del trabajo,

en los rostros de cansancio que quieren por fin descansar,

en el caminar más pausado porque mañana no hay tanta prisa,

en mis ojos llenos de smog y el olor a pollos que giran brosterizandose,

se acaba la semana,

pero no se acaba el mundo ni mi vida a pie en esta franciscana y curuchupa ciudad de Quito.

Cuidado con el trole.

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