miércoles, 15 de mayo de 2013

Hotel Concorde La Fayette


Hoy me quedé maravillada por la intermitencia de la luz de esa habitación de hotel.
Imaginé los motivos de su apagar y prenderse de forma tan errática
Y mi mente tan freudiana como todas las demás, no pudo evitar imaginar a esa pareja que se ama de la manera más brutal, como si el mundo no existiera, sólo ellos, sólo esta noche

Y voy inventando historias que vienen todos los días desde esas ventanas de hotel que tal vez también me miran

Y ellos no son sólo huéspedes de esta ciudad, de ese hotel, son mis huéspedes también, que prenden y apagan luces en mi memoria, que habitan y deshabitan el decorado de mi ventana

A veces entro al hotel, pretendo también estar de paso, pero me encuentro con el pianista del lobby y no podemos hacer más que reconocernos
Él me mira y me sonríe lleno de arrugas, somos él y yo los anfitriones de esta escena

Yo camino con mi paso apurado que llegó hasta aquí
Pretendo ser elegante y que mis piernas se vean más largas en el mármol abrillantado tantas veces para que el lujo sobreviva a pesar de todas las huellas

Yo camino, salgo del hotel, llego a la casa y en mi ventana están todas sus ventanas otra vez, otra tarde, otra noche, se vuelven a prender las luces, yo apago las mías y vuelvo a los brazos de los amantes que imagino.


martes, 14 de mayo de 2013

A Enrique




Ese niño que corría entre la tierra del frío
Se escondía bajo el anaco de las indias para no tomar el fúsil
Ese niño con madres inventadas
¿Cuántos amaneceres viste desde tus tierras despojadas?
¿Cuándo decidiste que el poncho era tu fina estampa?
¿Cuándo supiste que la Julia era tu mujer?

¿Cuántas veces la Julia te rompió la paciencia y para repensar la vida te fuiste al leer el periódico en el baño, con la puerta abierta?

Y el Land Rover con nietos? Dónde lo dejaste? Cuándo me llevarás de paseo?

Y esos lugares  que decías se disfrutaban más porque no eran tuyos? Dónde están?

Y tus ojos, y tus manos?

Y tu hija, mi madre, y nosotros carilargos y sin pómulos, y nosotros sin destino, dónde vamos a llegar?

Enrique, despierta, Enrique, te llama tu nieta
Enrique, algo de tí soy yo

Algo de tí, 
Frente a tu pijama de madera mi madre vuelve a ser fértil
Y en los besos de mi padre tú vuelves a nacer en mí

No soy el abuelo, no soy el padre
No sé quién soy, pero quiero tu poncho en mis hombros, tu vida sin cosas, sólo vida, llena de vida. 

Enrique, despierta, Enrique duerme
que te acuna tu nieta