Hoy me quedé maravillada por la intermitencia de la luz de esa
habitación de hotel.
Imaginé los motivos de su apagar y prenderse de forma tan errática
Y mi mente tan freudiana como todas las demás, no pudo evitar imaginar
a esa pareja que se ama de la manera más brutal, como si el mundo no existiera,
sólo ellos, sólo esta noche
Y voy inventando historias que vienen todos los días desde esas
ventanas de hotel que tal vez también me miran
Y ellos no son sólo huéspedes de esta ciudad, de ese hotel, son mis huéspedes
también, que prenden y apagan luces en mi memoria, que habitan y deshabitan el
decorado de mi ventana
A veces entro al hotel, pretendo también estar de paso, pero me
encuentro con el pianista del lobby y no podemos hacer más que reconocernos
Él me mira y me sonríe lleno de arrugas, somos él y yo los anfitriones
de esta escena
Yo camino con mi paso apurado que llegó hasta aquí
Pretendo ser elegante y que mis piernas se vean más largas en el
mármol abrillantado tantas veces para que el lujo sobreviva a pesar de todas
las huellas
Yo camino, salgo del hotel, llego a la casa y en mi ventana están
todas sus ventanas otra vez, otra tarde, otra noche, se vuelven a prender las
luces, yo apago las mías y vuelvo a los brazos de los amantes que imagino.
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