martes, 14 de mayo de 2013

A Enrique




Ese niño que corría entre la tierra del frío
Se escondía bajo el anaco de las indias para no tomar el fúsil
Ese niño con madres inventadas
¿Cuántos amaneceres viste desde tus tierras despojadas?
¿Cuándo decidiste que el poncho era tu fina estampa?
¿Cuándo supiste que la Julia era tu mujer?

¿Cuántas veces la Julia te rompió la paciencia y para repensar la vida te fuiste al leer el periódico en el baño, con la puerta abierta?

Y el Land Rover con nietos? Dónde lo dejaste? Cuándo me llevarás de paseo?

Y esos lugares  que decías se disfrutaban más porque no eran tuyos? Dónde están?

Y tus ojos, y tus manos?

Y tu hija, mi madre, y nosotros carilargos y sin pómulos, y nosotros sin destino, dónde vamos a llegar?

Enrique, despierta, Enrique, te llama tu nieta
Enrique, algo de tí soy yo

Algo de tí, 
Frente a tu pijama de madera mi madre vuelve a ser fértil
Y en los besos de mi padre tú vuelves a nacer en mí

No soy el abuelo, no soy el padre
No sé quién soy, pero quiero tu poncho en mis hombros, tu vida sin cosas, sólo vida, llena de vida. 

Enrique, despierta, Enrique duerme
que te acuna tu nieta





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