En
la calle de siempre, que nunca es mía
Aparecías,
como esperándome
Tú
eras mío
Yo
era tuya
No
fue amor a primera vista porque siempre te he amado
Tus
pelos pelirrojos colgaban de todo tu cuerpo
Se
mecían con el viento que apenas podía empujar tanta mugre acumulada
Me
acercaba a ti, sin miedo
Me
encogía, y agachada, nos veíamos a los ojos
Nunca
hicieron falta las palabras
Me
mostrabas tu pata, estaba herida
Sabíamos
que ya no tendría arreglo
Te
habías quedado ahí porque tus otras tres patas ya no te alcanzaban
Tenía
que llevarte
Tenía
que cuidarte
Te
amarqué, pesabas tanto y me pesabas tan poco
No
hice consultas, no hubo preguntas
Solo
te llevé
Porque
mi casa sería tu guarida
Sin
patio ni balcón
Solo
llena con mi alma
Para
que juegues con ella
Te
construí una pata de mentira
Te
lavé la mugre
Tú
lavaste mis ausencias
Y
salimos a caminar
Sonreías,
con tu sonrisa de perro
Sonreía,
con mi sonrisa de tonta
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