miércoles, 5 de octubre de 2011

sueño de noche que se queda en el día

Soñé que te conocía, que nos reconocíamos, que conversábamos sin parar hasta que la luz de la noche era escasa y hasta que nos pidieron que nos vayamos de ese pequeño y académico café.
Te miraba,   ya te conocía pero era la primera vez que te veía así, mirándome así.
Caminábamos por las veredas rotas y yo miraba tu jean, tu saco negro, tus canas  y tu sonrisa, escuchaba tu voz tranquila, que hablaba sin pretender saber, sólo decirme algo de lo que piensas, de cómo vives.
Llegábamos a tu casa, era roja y de madera, pequeña pero con ventanas amplias, la sentía cercana pero tú me decías que ahora podía ser de los dos, que hace poco era tuya y de otra mujer, pero que hasta encontrar una casa nueva, de una historia nueva, yo podía ir cuando quisiera y traer mis maletas cuando me sienta cómoda.
Nos sentamos en tu sala y tomamos algo más, yo estaba tan emocionada, nerviosa y sensible, me había vuelto a enamorar y tú estabas enamorado de mí.
Y claro, en ese momento sonó el despertador, me levanté sonriendo, queriendo dormir más, soñar contigo de nuevo. Y me desperté y me bañé, me vestí y no quise desayunar, salí en el auto prestado, esperando que el sol y la velocidad me lleven pronto hasta tí, pero aún no sé tu dirección, ni tu nombre, ni qué haces, de qué vives y cómo te ves mientras duermes. Todavía no te conozco y no estoy lista para hacerlo, tengo miedo de que mis ilusiones se conviertan en presiones para tí, que dejes de desear mi cuerpo, que mis equivocaciones sean tu justificación para herirme, que llore mucho, que me ponga celosa, que me ponga necia y caprichosa. Aún tengo miedo, pero gracias por venir a mis sueños cuando sentía que ya no sentía.
Hasta entonces.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Daniiiii...me ha gustado mucho leer tu blog, te encontré en google +. Que bueno que abras tu corazón así, debe ser díficil también.
Los sueños son terapéuticas a veces y otras veces son duras e inexplicables.
Estoy seguro que encontrarás esa voz tranquila que te quiera como tu sabes querer.
No te veo hace como 7 años pero te leo más grande y más linda, como siempre me imaginé que serías.

Ojalá algún día puedas saltar el charco y conocer a mi esposa y a mi hijo, sino yo espero llevarlos a Ecuador.

(Espero que mi español no sea tan malo)
Un abrazo con cariño

Julian

Antonieta dijo...

Hola Julián!!!! Gracias por buscarme, encontrarme, leerme y además escribirme.
Un abrazo enorme para tí y tu familia. Hace años me contaste que te negabas a tener facebook, si te mantienes firme, espero saber más de ustedes por mail, sigo teniendo la misma cuenta de hotmail.
besos

Anónimo dijo...

A veces uno piensa que los sueños son realidad, pero la única realidad es que son solo sueños. Y al despertar se permanece en el sueño por unas horas, pero no muchas horas, pues la realidad vence a la magia y la cotidianidad vence a la fantasía. Yo una vez soñé contigo, pero no eras tú, lo tengo claro. Pero eras hermosa igual que en la realidad, y eras joven y también un poco triste, quizá taciturna y esperanzada como Cristina, como eres a veces.
Pero no eras tú, lo tengo claro. O quizá si lo eras, no lo se.

Antonieta dijo...

Yo tampoco sé si soy yo quien aparece en el sueño, sé que sueño y que como Cristina miro hacia ese lugar distinto, que a veces, se revela maravilloso y posible, no sólo en los sueños.

Anónimo dijo...

Y entonces algún día alguien te dirá: mi casa es roja, y de madera, y con ventanas amplias. Y entonces sabrás que la vida es un sueño.

Antonieta dijo...

llegará ese día!